Llegaba el día marcado en rojo en el calendario, y, tras la inactividad por las circunstancias por todos conocidas, las ganas de una previa acorde a lo que de un derby se espera eran cada vez mayores.
Una vez conocidas fecha y hora del encuentro, lo primero era decidir la idea a realizar para el tifo. En esta ocasión optamos por reeditar el realizado en el derby de 2010, algo más bien infrecuente, pues a la hora de hacer un tifo siempre se intenta buscar la originalidad. El motivo de tal decisión no fue otro que el de hacer referencia a un tifo que tuvo una especial buena acogida entre el madridismo, siendo también uno de los tifos más difundidos en redes sociales y en diversas plataformas cada vez que se acerca un derby: esto es así es porque se trata de un tifo cuyo mensaje, por muchos años que pasen, mantiene intacta su vigencia. A todo esto hay que añadir que, por la temática del mismo, pensamos en éste como un tifo perfecto para acompañar con un gran bengaleo.
Una vez decidida la idea nos pusimos manos a la obra, la realización en sí no tiene mucho que contar; una vez el artista concluyó el dibujo (cuya mayor dificultad radicaba en conseguir que el niño del tifo de 2010 tuviera el aspecto de un adolescente), se dedicó otra jornada más de trabajo para pintarlo y colocar los palos.
Además, para la ocasión se preparó también un pretifo que continuaba con la temática de películas de terror, y que sirvió para que la gente lo utilizara para hacerse fotos como si de un photocall se tratase. Hay que decir que, con la autocrítica que nos caracteriza —y aunque esto no era más que un complemento secundario— hubo una parte de dicho banderón que sufrió un desperfecto, por lo que, tras comprobarlo mientras lo colocábamos, hubo que realizar un arreglo de urgencia que deslució ligeramente el resultado.
Con todo ya preparado la gente iba llegando, y entre cervezas se comentaban las típicas historias de postureos “made in mdm”.
Ya con la calle llena de jóvenes madridistas con ganas de pasárselo bien animando empiezan los primeros cánticos de manera un tanto anárquica, y es a la hora convenida cuando se empieza la previa propiamente dicha.
Fue entonces cuando pudimos confirmar que no era nuestro mejor día, pues, tras comprobar que el sistema de megafonía agonizaba, un pequeño accidente nos dejaba también sin megáfono de mano.
Esto no fue impedimento para que la animación, como habréis visto en algunos videos, resultase espectacular, algo que hay que agradecer a las personas que dirigieron la misma a pleno pulmón (honor a ellos), pero sí supuso cierto inconveniente a la hora de organizar el tifo, dado que el grueso de la gente, en su ansia de estar en el meollo del ambiente, así como la dificultad para comunicarse impidieron en cierta medida que la pirotecnia estuviera bien colocada y se taparan un poco los dibujos de la parte de atrás. Pese a todo esto, y dado que fue una previa basada básicamente en el pyro, el ambiente festivo hizo que los presentes disfrutaran, que al fin y al cabo es de lo que se trata.
