Tras la final de Paris, muchos miembros del grupo tuvimos claro el próximo destino: Helsinki. Nos pusimos en contacto y nos organizamos para sacar los vuelos, y solicitar las entradas a través del club.
Aterrizamos en la capital finlandesa 2 días antes del partido, donde aprovechamos para visitar la ciudad y para ir localizando buenos pubs para la previa de la final.
El día de antes del partido, ya comenzamos a ver mucha mas presencia alemana que madridista, pero cabe destacar que viajaron en familia. Ni rastro de aquellos que invadieron Barcelona meses atrás. Nosotros, nos juntamos con más simpatizantes del grupo, así como madridistas en general para empezar a organizarnos para el día siguiente y el camino al estadio. Por supuesto no faltó la juerga.
Comenzaba el día del partido y fuimos a comer y a tomar las primeras pintas por el centro, rodeados de nuestra afición, hasta que comenzó el camino al estadio que estaba a una media hora andando.
Llegados allí la poca organización se hizo latente, ya que la afición madridista pasó por el fondo del Eintracht (lástima la poca presencia del grupo alemán) y finalmente entramos en nuestro fondo. Al entrar, vimos alguna clásica cara conocida (en mal estado como siempre) y un grupito de blanco intentando hacer un mínimo de ruido con cánticos básicos, la misma floja imagen del fondo sur del Santiago Bernabéu. También notamos la presencia de los habituales empleados del club aficionados a la fotografía.
Volvimos a ser campeones, y la celebración no podía acabar por lo que volvimos a la zona de pubs a acabar la noche.
Al día siguiente, muchos volvieron a casa con otro trofeo más, y algunos aprovechamos el periodo vacacional para continuar una semana más por los países bálticos.