Llegamos a Lyon el viernes por la mañana, donde nos recibieron en el aeropuerto varios de nuestros amigos y camaradas lioneses. Un muy buen fin de semana se preveía. Estábamos todos ansiosos por ver qué tenían preparado los Bad Gones para la celebración de su 35 aniversario.
En una primera toma de contacto estuvimos tomándonos unas buenas pintas de cerveza y poniéndonos un poco al día de los últimos acontecimientos acaecidos en el mundillo. Después de la entrega de varios regalos por ambas partes, pusimos rumbo hacia el estadio.
Una vez allí, nos enseñaron todos los rincones y recovecos del Groupama Stadium. Lo que más me impresionó personalmente fueron todos los vomitorios que daban acceso a la grada principal. Todos ellos decorados con murales con simbología del grupo, el club y la ciudad. Aún faltaban varias horas para el partido y llamaba mucho la atención la cantidad de gente que había en la grada preparando las cartulinas para la exhibición de los tifos que llevaban tanto tiempo preparando. Cada uno sabía perfectamente cuál era el papel que debía desempeñar y todos trabajaban al unísono. En ese momento no nos imaginábamos lo que íbamos a presenciar horas después.
Una vez quedó el tifo preparado, nos fuimos a hacer la habitual previa antes de un día grande. Poco a poco se iba acercando la hora del partido y la cerveza corría por todas partes. Se entonaron cánticos y se encendieron bengalas de forma constante durante varias horas.
Con el margen de tiempo suficiente, se hizo un gran corteo desde donde había tenido lugar la previa hasta el estadio. Una gran marabunta de gente, unas dos mil personas, fuimos caminando y cantando al estadio. Hacer especial referencia al gran bengaleo que se produjo instantes antes de llegar a las inmediaciones más cercanas al estadio. Accedimos al estadio sin ningún problema siempre acompañados de nuestros hermanos lioneses, que estuvieron pendientes de nosotros en todo momento. Una vez dentro de la grada, en la que pudimos disfrutar de un sitio privilegiado para presenciar el encuentro, nos empezamos a dar cuenta del espectáculo que había preparado. Faltaba aún media hora para el comienzo del partido y un gran telón rojo anclado a los techos más altos de la estructura del estadio se desplegaba ante nuestros ojos, aquí venía el primero de los tifos.
Unos minutos después, el telón se abrió y el tifo subió y alcanzó una gran altura de forma excepcional. Quedamos absolutamente impresionados. Al mismo tiempo, en la grada ya completamente llena de gente, cada uno desplegamos la cartulina que tocaba en ese primer tifo. El resultado fue increíble.
De nuevo se volvió a cerrar el telón, como si de una función se tratara, y se preparaba el segundo tifo. Y así fue sucesivamente durante otros tres tifos más. En total se desplegaron cinco. Sin duda estábamos ante masterclass soberbia del arte del tifo.
El orden de los tifos estaba perfectamente establecido, pues con el último de ellos se completaba una frase que hacía referencia al 35 aniversario de Bad Gones, al club y a la ciudad de Lyon.
Queremos destacar la perfecta coordinación que había tanto en la grada, como en los vomitorios, como en el anfiteatro superior, como la gente que se encontraba abajo a pie de campo, todos sabían lo que tenían que hacer en cada momento, y eran capaces de superar o arreglar cualquier incidencia que pudiera producirse en el momento de desplegar los diferentes tifos (que no son pocas). Sencillamente quedamos impresionados.
Hacer referencia también al uso de diversas formas de pirotecnia en la grada, desde las convencionales bengalas de mano, pasando por varios botes de humo de colores y terminar con las bengalas estroboscópicas. Algo que en España ni por asomo se ve en una grada gracias a los que ya sabemos. Dieron un colorido fantástico en todo momento.
El encuentro se desarrolló con una buena animación al unísono entre los diferentes sectores del estadio. Sobre todo entre la Virage Nord (donde nos encontrábamos) y la Virage Sud. Finalmente, en el minuto 87 se produjo un gran bengaleo en todo el fondo que nos dejó sin palabras. Eran los 35 años de Bad Gones.
Después del partido, quedaba disfrutar de la noche y acudimos a una gran fiesta de celebración de aniversario con multitud de nuestros camaradas. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada, y para algunos de la mañana siguiente.
Ya en la tarde del sábado y con una buena resaca, acudimos al centro de Lyon. Comimos, pero sobre todo bebimos y brindamos por muchos más años de este hermanamiento tan fructífero. La noche se prolongó también hasta altas horas de la madrugada.
Al día siguiente nos recogieron en hotel y nos llevaron al aeropuerto en un gesto más de enorme amabilidad con nosotros. Hubo despedidas y grandes abrazos, y ya se habló de futuros encuentros en 2023.
Para finalizar esta crónica, queremos agradecer de manera efusiva y ferviente el perfecto trato recibido en todo momento por nuestros hermanos lioneses. Desde el primer hasta el último minuto de nuestra estancia. Tanto las facilidades que nos han puesto en todo momento, como la disponibilidad que han tenido para nosotros, como la amabilidad con toda la gente del grupo, así como el cariño que nos han demostrado en estos largos años ya de hermanamiento. Muchas gracias también por parte de los más jóvenes, por permitirnos conocer un poco más la historia y las hazañas de nuestros queridos amigos y camaradas. Muchas gracias a todos los miembros de Bad Gones por este gran fin de semana de aniversario. No lo olvidaremos nunca.
JOYEUX 35 ANNIVERSAIRE BAD GONES 1987
Siempre fieles, ULTRAS SUR.