21 de febrero de 2022

Historia Ultrassur (II)

La época dorada, los 90...


Es en esta década cuando se producen los mayores cambios dentro del grupo. “Ultrassur” comienza a organizarse y el número de integrantes va creciendo de forma imparable. Los tifos, los desplazamientos, el material todo está más estructurado que en años anteriores. A la venta del material del grupo en los exteriores del estadio, se une el nacimiento del fanzine “En el Fondo hay sitio”, con una publicación más regular. 


Por fin “Ultrassur” comienza a ser conocido por ser el motor de la animación en el estadio madridista y no sólo por los incidentes en los que en ocasiones se han visto involucrados algunos de sus miembros.


Es en estos años también cuando un hecho marca para siempre la historia de los ultras en España. Un niño pierde la vida mientras disfruta de un partido de fútbol en el campo de Sarriá. La causa: una bengala. El culpable: un individuo ajeno por completo al movimiento Ultra. Este hecho bastó, sin embargo, para que comenzara la caza de brujas contra todos aquellos grupos que hacían uso de materiales pirotécnicos, bengalas, botes de humo... Comienza así la represión y la criminalización de los grupos ultras que acuden a los estadios.


Como parte de la animación se realizan tifos de cartulinas, tiras de plástico, y se hace más frecuente el uso de globos, grandes banderones y cubregradas, sustituyendo así a las bengalas de años anteriores.


Se produce también un cambio importante en la simbología de nuestro grupo. Es en estos años cuando nace la calavera con bufanda al cuello y un disparo en su frente. “Ultrassur” va adquiriendo carácter propio.


Por otro lado, en la mayoría de los grupos ultras del momento comienza a proliferar cierta simbología política entre sus emblemas. Esta politización la notarán especialmente aquellos grupos que, como “Ultrassur”, incluyen entre sus símbolos la bandera de España y que, desde muchos sectores, serán tachados de fascistas por ello.



Es en la temporada 90/91, en el partido de Copa del Rey que nos enfrenta a nuestros vecinos del Calderón, cuando por primera vez un dispositivo policial nos acompaña hasta el estadio visitante, para intentar así evitar enfrentamientos. Más de 300 ultras madridistas, que se han reunido en la Plaza Mayor, son retenidos en las inmediaciones de la Puerta de Toledo para bajar después acompañados por la policía. Ningún ultra lleva entrada ya que, el entonces presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, se había comprometido a invitar a los miembros de “Ultrassur” al estadio. Y, aunque finalmente no se atreve a cumplir su palabra, las fuerzas de seguridad dejan entrar al grupo al estadio para evitar males mayores, siendo ubicados en el lateral de tribuna. 


En cuanto a la liga, en el derbi madrileño, las “Brigadas Blanquiazules” cuelgan una de sus pancartas en el fondo sur del Santiago Bernabéu por primera vez. En el partido de vuelta, medio millar de ultras están presentes en el estadio colchonero. 


Esa misma temporada, en el último partido de liga, se produce la primera visita de una veintena de miembros del grupo “Boixos Nois” a nuestro estadio, acompañados de algún conocido miembro del “Frente Atlético”. Se sitúan en el tercer anfiteatro, sin protección policial, por lo que son amablemente “invitados” por “Ultrassur” a desalojar el estadio durante el descanso del partido.


Comienza una temporada, la 91/92 muy activa a todos los niveles. Se viaja con más asiduidad, aunque algunos desplazamientos tienen que suspenderse debido al abusivo precio de las entradas, un mal endémico que nos perseguirá durante las siguientes temporadas y que, a día de hoy, se ha acrecentado a niveles que prácticamente nos impide viajar acompañando a nuestro equipo. Aun así, acompañamos al Madrid a Valladolid, Zaragoza, Burgos, Valencia y La Coruña, es en este último lugar donde se producen diversos enfrentamientos con grupos locales por motivos principalmente políticos.

Fuera de nuestras fronteras, se viaja a Turín, con motivo del partido de semifinales de la UEFA contra el Torino, y a Nantes, donde asistimos a la victoria del equipo de baloncesto en la Recopa de Europa. Este año, el grupo retoma de nuevo la costumbre de seguir al equipo de baloncesto.


De nuevo, esta temporada se acude al Calderón a presenciar el derbi. Antes del partido, en el punto de reunión de la Plaza Mayor, hacen acto de presencia unos 50 miembros del “Frente Atlético” acompañados de algunos “Boixos Nois” con el fin de agredir a los pocos ultras madridistas presentes allí a primera hora. Finalmente, los agresores deciden abandonar a la carrera el lugar, ante los irrefutables y contundentes argumentos mostrados por los hinchas blancos.


Difícilmente podrá olvidarse el viaje a Tenerife para presenciar el último partido de la temporada 91/92, con el título de liga en juego. Una vez en la isla, se producen incidentes con algunos isleños de ideología separatista, quienes politizan el partido e intentan agredir a “Ultrassur” a su llegada al estadio. Una vez más, encuentran nuestra autodefensa como respuesta. Lo peor de todo es que, incomprensiblemente, regresamos sin el título a casa.


Es en esta temporada cuando se plantea la posible legalización del grupo. Para ello, se llega a trabajar en la composición de los estatutos y se seleccionan a las personas que ocuparían los puestos directivos. Finalmente, esta legalización no se llega a producir por diversos motivos. Es también este año cuando se produce una pequeña escisión en el seno de “Ultrassur” que da lugar a la aparición de “Orgullo Vikingo”, grupo que nunca ha llegado a cuajar como colectivo de animación dentro de nuestro estadio.


Tampoco podemos olvidar que es en esta temporada cuando tiene lugar el trágico fallecimiento de Juanito en un accidente de circulación. Juan Gómez pierde la vida de camino a casa tras presenciar el partido de ida de semifinales de la Copa de la UEFA contra el Torino. Desde ese día, cada minuto siete de partido, se le recuerda con cánticos de “Illa Illa Illa Juanito maravilla” desde el fondo sur.


En la temporada 92/93, miembros del grupo aparecen en el programa “Queremos saber”, de la conocida manipuladora Mercedes Milá. Todo un ejercicio de sensacionalismo y demagogia barata por parte de la presentadora, ante el cual, y tras la injustificada expulsión del plató de uno de los miembros del grupo, los demás deciden irse del programa para no convertirse en copartícipes del circo mediático. La errónea decisión de aparecer en el programa servirá de experiencia para el futuro. 



Se sigue viajando, de una manera más habitual por todos los campos de la geografía española: Barcelona (pese a ser la primera jornada de liga), Coruña (donde se nos tiene dos horas retenidos en el estadio y se aprovecha para coger prestadas gran cantidad de pancartas y banderones a los ultras locales), Cádiz, Zaragoza, Vallecas, Vicente Calderón, (donde por primera vez se realiza un tifo de cartulinas y se sacan pancartas mensaje), San Sebastián, (hasta donde se desplazan media docena de madridistas), Sevilla, Burgos, etc…  En Europa, tan solo se viaja a París, donde se vuelven a encender bengalas libremente, sin que su utilización cause el más mínimo daño. 


En cuanto a tifos, la gente comienza a familiarizarse con los nuevos elementos utilizados en su composición y se ven grandes espectáculos en la grada. 



La liga nuevamente acaba en Tenerife, donde se repite la triste experiencia de perder el campeonato en la última jornada. “Ultrassur” vuelve a ser víctima de la represión. 

Se detiene injustamente a varios miembros del grupo por presuntos daños causados en el hotel donde se alojan. Los únicos daños que se producen son los provocados por uno de los hinchas madridistas al accionar un extintor dentro del hotel. Los medios de desinformación hablan de que el hotel ha quedado completamente destrozado.  


Una semana más tarde, llega la alegría de la victoria en la final de la Copa del Rey disputada en Valencia y donde el grupo vuelve a estar presente.


En la temporada 93-94, los desplazamientos que tienen más repercusión son aquellos en los cuales, finalmente, no se logra entrar al estadio. Se llenan cuatro autocares para ir a San Sebastián, pero la presión policial y mediática, amén de las manifestaciones políticas organizadas en la ciudad donostiarra, impiden que se nos permita la salida de Madrid por parte de la policía, ante la negativa del club donostiarra de vender entradas al grupo. 


Igualmente, en el desplazamiento a Barcelona, nueve autobuses repletos de ultras madridistas son retenidos por la policía en las inmediaciones del estadio barcelonista. Finalmente no se permite a los miembros del grupo acercarse a las taquillas del estadio a comprar las entradas para el partido, por lo que son conducidos contra su voluntad en dirección a Madrid sin poder presenciar el encuentro. Meses después, decenas de ultras barcelonistas se quedan a las puertas de nuestro estadio, ante la negativa de nuestro club a dejarles entrar al Santiago Bernabéu. Sin duda, el inolvidable Ramón Mendoza tomó la decisión oportuna, en respuesta al trato sufrido en Barcelona por los aficionados madridistas.


Pese a estos contratiempos, el grupo está presente en Coruña, Valencia, Gijón, Valladolid, Oviedo, Santander, Logroño, Sevilla, Albacete y Zaragoza, aparte de los derbies en Vallecas y en el Calderón. Igualmente se vuelve a viajar a París, en el partido de vuelta de la eliminatoria de la Recopa.  


Una última curiosidad de esta temporada, es la aparición del grupo en la final de Copa disputada en el Calderón, que enfrentaba al Zaragoza y al Celta de Vigo. Esta ocasión es aprovechada para acercarse a las inmediaciones del estadio donde surgen diversos problemas con los ultras del equipo gallego.


Llega la temporada de la explosión del grupo, la 94/95. Se realizan tifos en casi todos los partidos, el aumento de miembros es espectacular, se viaja a casi todos los campos, se coloca por primera vez el sistema de megafonía, se saca innumerable y variado material y, finalmente, se cierra la temporada con la primera fiesta del grupo.


En el verano se encarga un enorme banderón blanco, con bordes rojigualdas para estrenarlo en el derbi frente al Atlético. También se realiza otro banderón de parecidas dimensiones con los colores de la bandera de España. Estas inmensas banderas nos acompañan durante varios años de esta inolvidable década.


De esta temporada no podemos olvidar la masiva e impresionante bajada al Calderón. Banderas, estandartes y petos blancos esperan la salida de nuestros jugadores en el estadio rojiblanco. 


En competición europea, en el partido que nos enfrenta al Sporting de Lisboa, un grave error de organización permite que se sitúe a la hinchada visitante encima del fondo sur, produciéndose diversos incidentes al final del partido, como resultado del continuo lanzamiento de objetos por parte de los aficionados portugueses durante buena parte del encuentro.

Para el partido de vuelta, dos autobuses de “Ultrassur” se desplazan a tierras portuguesas, sin que se produzcan problemas dignos de mención con los aficionados locales.


De nuevo en el Bernabéu, se producen distintos altercados en el partido que nos enfrenta al Celta de Vigo, cuando un grupo de “Celtarras” hacen su aparición en las inmediaciones del estadio al grito de “puta España”, teniendo finalmente que correr por todo el fondo norte del Bernabéu perseguidos por decenas de madridistas enfurecidos. Tras el partido, tienen que permanecer varias horas a la espera, mientras les eran reparadas las lunas rotas de sus autocares. El bajo coeficiente intelectual de estos individuos queda patente al dejar aparcados en plena Castellana los dos autobuses que les transportaban, con todo tipo de simbología política colgada de sus ventanas y sin ningún tipo de protección. 



Durante el partido que nos enfrentó al Tenerife en el Santiago Bernabéu, se cuelga en el fondo sur un muñeco vestido de naranja, que simula el ahorcamiento del conocido periodista José María García. Tal exhibición provoca que el Real Madrid sea objeto de una fuerte multa y de duras críticas por parte de diversos estamentos por permitir presuntamente este hecho.


La temporada tendrá otro alto en el camino por la celebración de la final de la Copa del Rey. Se vuelve a jugar en el estadio Santiago Bernabéu y enfrenta al Valencia contra el Deportivo de la Coruña. La final se convierte en un auténtico caos por la enorme tromba de agua que asoló ese día la capital. El partido se suspende y la reanudación se jugará días después. El grupo apareció en ambos partidos, produciéndose distintos incidentes con los ultras del Deportivo. 


Pasamos a la temporada 95/96 y llegamos al retorno de la Copa de Europa. Se viaja a Zúrich, en un viaje testimonial, Ámsterdam, Budapest y Turín. Es en esta última donde se producen incidentes con los Carabinieri. Altercados que comienzan con la provocación de la hinchada de la Juventus hacia los seguidores madridistas lanzando bengalas y portando uno de ellos una ikurriña. En Budapest estamos acompañados por primera vez por nuestros amigos del Austria de Viena. A partir de ese día, algunos de ellos estarán presentes en multitud de partidos, tanto en nuestro estadio como en gran número de desplazamientos, junto a su pancarta de US Wien.



Se realizan las nuevas pancartas oficiales, tanto para los partidos jugados en casa como para los desplazamientos, algunas de las cuales siguen utilizándose en cada partido en el que el grupo está presente. 


Durante la siguiente temporada, 96/97, se nota un descenso generalizado del número de integrantes en todos los grupos ultras españoles. La causa principal es la dura represión a la que nos vemos sometidos. Comprobando además que muchos de los que en un principio se unieron a nosotros años antes, sólo lo hicieron por moda, siendo esta temporada cuando deciden abandonar el barco.


La calidad de los tifos baja y tan sólo se pueden reseñar un par de ellos. La temporada se salva con un espectacular bengaleo contra el Barcelona y el final de fiesta el día de la celebración del título de liga contra el Atlético de Madrid. 


Varios sucesos acaecieron durante esta temporada, como la aparición, por primera vez de manera organizada, de los ultras del Athletic de Bilbao, que llegan al encuentro con el partido empezado. El grueso de “Ultrassur” sube hasta las inmediaciones del 4º anfiteatro del fondo norte, donde han sido ubicados los hinchas bilbaínos. La policía impide que ambos grupos lleguen a encontrarse. También cabe mencionar nuestra aparición en otra final de Copa, disputada en el Santiago Bernabéu entre el Barcelona y el Betis.


Es en estas fechas cuando, a raíz de la amistad de miembros de “Bad Gones” con nuestros amigos de las “Brigadas Blanquiazules”, surgen los primeros contactos con los ultras franceses. Estos contactos se harán más cercanos por las diversas eliminatorias que enfrentarán al Real Madrid y al Lyon en competiciones europeas en años venideros.


Cabe reseñar la aparición de las primeras “scalas” y banderas del Verona en el fondo sur a partir de esta temporada, reflejo de la buena sintonía con esa hinchada.  


El fin de temporada para el grupo se produce en el partido baloncesto donde se juegan la liga el Real Madrid y Barcelona en el Palacio de los Deportes, donde la victoria del equipo blaugrana fue el detonante de unos comentados incidentes que, cómo no, fueron manipulados por los de siempre. 


Con la temporada 97/98 se fija un objetivo común en todo el madridismo: alzarnos con la séptima Copa de Europa. Todos los ojos están puestos en Europa, y así pasamos una liga decepcionante, pero ejemplar en la aventura europea, tanto en el césped como en la grada, desplazándonos por todos los estadios europeos, siguiendo al Real Madrid hasta llegar a la final continental.

El primero de estos viajes de nuestra aventura europea es a Oporto. Allí nos encontramos con una policía poco preparada para recibir a grupos ultras. Y como resultado, una serie de incidentes que tienen una importante repercusión. Otro desplazamiento reseñable es a Noruega, donde la pancarta del grupo se cuelga en el estadio del Rosenborg. 


Acompañamos también al equipo a la localidad alemana de Leverkusen. Es aquí donde de manera más clara y visible los medios de desinformación vuelven a cebarse con nosotros. Nada más aterrizar en Alemania, todos los ultras son “acompañados amablemente en varios autobuses” hasta la comisaría de Colonia. Allí permanecen retenidos durante horas privándoles de asistir al partido contra el Bayern. Al parecer, la razón de que cerca de 200 personas sean retenidas es que, según las autoridades locales, algunos miembros del grupo descendieron del avión realizando gestos prohibidos por la legislación alemana. Una medida totalmente desproporcionada y que apunta al entonces delegado gubernativo del Real Madrid. Este individuo preparó la encerrona de manera premeditada, tal y como pudieron comprobar miembros del grupo al leer el fax que había remitido a las autoridades germanas ante nuestro viaje y, como venganza a nuestra negativa a colaborar con la policía española en este tipo de desplazamientos. Una medida que venía provocada por los continuos malos tratos a los que éramos sometidos en todos y cada uno de los desplazamientos que se organizaban para seguir a nuestro equipo.


La prensa hizo el resto, manipulando y publicando todo tipo de mentiras. Una de las más ridículas es acusarnos de haber destrozado la terminal del aeropuerto alemán, cuando ni un miembro del grupo llegó a pisarla un sólo segundo. Tanto a la ida como a la vuelta, los autobuses que nos transportan acceden directamente a las pistas del aeropuerto.


Llegan las semifinales, de nuevo ante un equipo alemán, el Borussia Dortmund, y la mala suerte se ceba de nuevo con nosotros.


Quedan minutos para que comience el partido en el Bernabéu y varios miembros de “Ultrassur” se suben a la valla del fondo como tantas y tantas veces se había hecho. En esta ocasión, sin embargo, la valla cede, arrastrando la portería del fondo sur a la que estaba sujeta por motivos difíciles de explicar. Se tarda una hora en colocar la portería derribada y la imagen del club queda gravemente dañada a nivel mundial.


El resultado, una vez más, es el brutal ataque que sufre el grupo desde diversos estamentos. Se llega a acusar a “Ultrassur” de haber provocado de forma premeditada la caída de la portería, algo realmente absurdo e impensable, ya que incluso varios miembros del grupo resultan heridos en el accidente. Este triste acontecimiento marca el inicio de la etapa más gris en la historia de nuestro grupo.


La directiva madridista del momento, dirigida por Lorenzo Sanz, de un modo cobarde, miserable y siendo incapaz de asumir sus propios errores de organización lo paga con el grupo, ya que como era de esperar, somos tomados como cabeza de turco para salvar la cabeza propia. Debido a esto, el resto de la temporada la pancarta del grupo no vuelve a verse y el estadio, a efectos de animación es un cementerio. Los cuatro últimos partidos de liga así lo atestiguan.


Esto se traduce en un cúmulo de problemas a la hora de conseguir entradas para la ansiada final de Ámsterdam contra la Juventus de Turín, aunque no impide finalmente nuestra presencia en el partido.


El 20 de Mayo de 1998 se convierte en una de las jornadas más importantes en la historia del madridismo. Los ultras que estuvimos presentes aquel día no olvidaremos jamás las emociones allí vividas. Por fin teníamos la Séptima. La pancarta del grupo volvía a mostrarse, al igual que la de otros grupos amigos que nos acompañan, como la de  “Brigadas Blanquiazules”, presentes en tan histórica fecha.


 

Acabada la temporada para los mayores, le llega el turno al filial y se celebra en el Bernabéu la liguilla de ascenso a segunda división que disputa el Castilla contra el Cádiz. Partido en el que se producen diversos incidentes con las “Brigadas Amarillas” y sus amigos los “Bukaneros”, tanto dentro como fuera del estadio. 


La alegría vivida tras la consecución de la Copa de Europa, fue solo un oasis en medio de la dura realidad a la que volvimos a enfrentarnos al regresar a Madrid. Con la excusa de la remodelación del Bernabéu, y la llegada de los asientos a todas las zonas del estadio, “Ultrassur” es desterrado desde el fondo sur al tercer anfiteatro del lateral, el llamado gallinero. Es la temporada 98/99, y muchos de los que decían ser ultras abandonan al grupo en el momento más importante y difícil. Sin embargo, hay que hacer mención a todos aquellos que deciden permanecer unidos para aguantar el temporal que se cierne sobre “Ultrassur”. Exceptuando los partidos contra el Barcelona, el derbi contra el Atlético de Madrid y el bengaleo del día del Celta, el resto de partidos no se realiza ningún tifo en casa y el ambiente decae enormemente.


Pese a las dificultades, es en esta misma temporada cuando, por fin, tras varios años de intentonas, se consigue volver a tierras vascas. Primero a Anoeta, sin que apenas se produzcan incidentes con los hinchas donostiarras, hartos de repetir durante años que nuestro grupo no volvería nunca a pisar esas tierras, y finalmente a Bilbao. 


Una vez en San Mamés, la policía autonómica, de forma injustificada y alegando que no puede garantizar la seguridad, decide sacarnos por la fuerza del estadio después de que fuéramos recibidos en las gradas al grito de “Gora ETA” por una afición a la que podemos calificar de todo menos de “señorial”.


El grupo también está presente en Kiev y en Tokio, asistiendo a la final de la Copa Intercontinental. La temporada finaliza con una sorpresa, el traslado desde el gallinero hacia la grada baja del lateral para los dos últimos partidos de liga y el último de Copa del Rey.

En la temporada 99/00, “Ultrassur” mantiene esa ubicación, junto al córner del  fondo sur. Llenamos por completo este sector de ultras y aparece por primera vez el símbolo que tan frecuentemente vemos en la actualidad, un doble hacha vikinga sobre el fondo de la bandera de España.


Vuelve a aumentar el número de integrantes, tras el retroceso del año anterior, y se intentan realizar tifos en la nueva ubicación pero, ante el poco espacio disponible, apenas pueden hacerse de calidad. Se sigue viajando y este año la pancarta vuelve a estar presente en Oporto y en Brasil, en el Mundialito de Clubes.


Se retorna al fondo sur, en los partidos de Champions y en algunos de Copa del Rey, y es en estos encuentros en los que la animación será más notable y se empiezan a plantar las semillas para el posible regreso al fondo sur.


Esta misma temporada, se llega de nuevo a la finalísima de la Champions, contra el Valencia y, “Ultrassur” vuelve a ser, a nivel de organización y de animación, el grupo de principios de la década. Será la primera vez que aparezca junto a nosotros la pancarta de nuestros amigos de “Cusos”, herederos directos de nuestra amistad con las “Brigadas Blanquiazules” del Español. Gran cantidad de material de animación y una pancarta con el lema “Reyes de Europa” acompañan al grupo en una fecha tan importante y que pone fin a una década llena de emociones.